Balance y buenos augurios para la industria del vino
Por Dolores Lavaque Velasco
Después de un año duro en varios aspectos, sobre todo para la industria vitivinícola, hacemos un clásico balance pero sobre todo echamos una mirada positiva sobre lo que viene.
Repasando el año que se va, vemos que lo iniciamos con la cosecha más baja en un par de décadas a raíz de la helada tardía de 2022. Esto llevó inevitablemente a una caída en la producción, por ende de la disponibilidad de vino en ambos mercados, interno y externo. En síntesis, en 2023 hubo una caída del 10% en el mercado interno y 25% en las exportaciones, al igual que en Chile, ya que las bodegas europeas contaban con sobrestock y bajaron mucho sus precios. A la baja producción se le sumó una gran suba de costos y el vino aumentó por encima de la inflación.
Pero también podemos destacar la evolución de todas las bodegas hacia una producción más sustentable y alta innovación con, por ejemplo, malbecs elaborados como vino blanco. Nuevas etiquetas siguen lanzándose constantemente y hasta nuevos proyectos y bodegas revitalizan nuestra industria. Dentro de estas tendencias, y no menos importante, subrayamos la suba en el consumo de vino blanco, que hacía décadas que venía peleando muy de atrás y lentamente fue volviendo a ponerse en el escenario.
Dentro de los grandes hitos también resaltamos la llegada de las Estrellas Michelin a nuestro país, que marcaron a Mendoza como el gran destino enogastronómico, lo que refuerza el camino que comenzó allá por 2005, con el desarrollo de los Caminos y Rutas del Vino.
El nuevo año
Aparentemente tendremos una muy buena cosecha y el resto dependerá mucho de las condiciones macroeconómicas que, esperamos, se puedan acomodar lo antes posible.
Como tendencias observamos que podría seguir creciendo el consumo de la variedad Cabernet Franc en nuestro país, pero este fenómeno debería también acompañarse con una mayor cantidad de plantaciones.
A su vez, la sustentabilidad es algo que viene instalándose tanto desde el sector privado como del sector público y en las diferentes cámaras. También vislumbramos que llegará, como en el resto del mundo, la hora de los vinos sin alcohol.
En mi caso personal, cumplí un año con Los Elegidos de Dolores Lavaque, mi selección de vinos para un grupo selecto de clientes con grandes satisfacciones y una respuesta muy positiva de mis seguidores. En el año que comienza a la vez incursionaré en la venta de vinos por la web 3.0: llegó la hora del del vino en NFTs, porque siempre hay más para brindar e innovar en este maravilloso mundo.
Compartimos así este pequeño balance sobre el año que se va y las tendencias que proyectamos para un mercado que es nuestra inspiración y razón de ser. Felicidades en el nuevo año, en el que esperamos como siempre encontrarnos con las copas en alto y muchas ganas de seguir trabajando. ¡Salud!