Tiempo de guarda

Guardar de más un vino puede arruinarlo. Destapar un vino antes de tiempo significa no disfrutarlo al máximo. Entonces, ¿cómo se puede saber cuál vino tiene que ir a la cava y cuál ser bebido?

La decisión es difícil y requiere de cierta información del producto: estructura, acidez, crianza… ¿Cuánto tiempo guardarlo? No se sabe. No hay una fórmula precisa que permita nunca fallar. Un consumidor puede especular con el tiempo de guarda, pero el resto es intuición. De hecho, el modo en que se guarda un vino también incide en el tiempo.

Lo más importante es tener presente que los vinos fueron creados para ser bebidos y no para la guarda en sí misma. Esperar a que un vino evolucione puede ser una gran decisión, pero no necesariamente todos los vinos mejorarán al demorarlos. Entonces, la mejor opción siempre será probar. Idealmente, cuando un vino nos gusta mucho y nos interesa guardarlo, conviene comprar más de una botella, en lo posible tres o más, y abrir una cada dos o tres años y probarlo. Cuando abramos la botella y sintamos que está en el momento justo, ¡abrir todas, no dejar pasar el momento!

Acá va mi sugerencia sobre los vinos que les estuve proponiendo: cuánto guardarlos, partiendo siempre desde el año de su cosecha.